El Open Space Technology (OST) es una metodología de reuniones para grandes grupos que facilita de un modo eficaz el cambio organizacional, el alto desempeño, la participación ciudadana y la democracia creativa.
Al «abrir el espacio» surge un proceso emergente, que invita a todos los participantes de un sistema dado (equipo, organización, comunidad) a construir y organizar su propia agenda, en torno a un tema central (o pregunta) que a todos convoca e interesa. Todo ocurre en una gran “plaza de mercado”, abierta y transparente, en la que libremente se negocian los subtemas y se conforman los distintos grupos que los llevarán adelante. Cada una de estas reuniones es luego reportada, publicándose sus principales conclusiones y sugerencias en un panel central especialmente montado. Al final, si se desea, las acciones sugeridas por cada grupo pueden ser votadas en plenario, y en base a las prioridades allí establecidas, se logra crear una lista concordada de acciones con seguimiento programado.
Desde que fuera iniciada por Harrison Owen en 1985, el Open Space ha sido utilizado más de 200.000 veces en 150 países, con grupos que van desde 5 hasta 2.000 personas. Sus usos han sido muy diversos, desde iniciativas estratégicas hasta el desarrollo de programas sociales, desde la resolución de conflictos hasta la administración del cambio y mucho más. Existe también una comunidad mundial de practicantes deseosos de apoyar y compartir experiencias y conocimientos, para facilitar espacios abiertos y practicar el arte de hacer menos para lograr más.
La dinámica generada provee de un fácil acceso y completo involucramiento a todos los invitados. Durante el proceso, los participantes comparten experiencias, escuchan y comprenden diferentes miradas y, lo que es más importante, aprenden rápidamente unos de otros. El desarrollo de todo el evento es básicamente conducido por la pasión (interés acerca de un tema) y la responsabilidad (hacer algo respecto a ello) de cada uno.
El Open Space es entonces marcadamente diferente a otras formas tradicionales de hacer taller y trabajar con grupos humanos. No hay expertos haciendo presentaciones, nada de “power-point”, no hay mesas en un estrado, ni sesiones de grupos previamente acordadas o arbitrariamente decididas. Aparte del tema central que a todos convoca, y que se ha incluido en la invitación para cada evento, nadie sabe qué sub-temas serán tratados, ni qué acciones serán propuestas hasta que emergen en tiempo real durante el mismo evento.
Durante todo el encuentro existen amplias oportunidades para aprender de la experiencia directa, propia y de otros, en un contexto positivo y de apoyo recíproco, que saca lo mejor de cada uno como persona adulta, practicándose inmediatamente una interacción democrática y creativa. Sus principios son la libertad, la responsabilidad y la capacidad para construir juntos el futuro.
Surge entonces un poderoso proceso auto organizado y creativo, que como una competencia colectiva, le permite a la organización en su conjunto aumentar paulatinamente su habilidad de abordar eficazmente, aquellos temas complejos, conflictivos y urgentes, que resultan impostergables para alcanzar el alto desempeño.